La fachada ventilada es un sistema constructivo que permite la fijación de un revestimiento (no estanco) independiente a la hoja de cerramiento. La separación del revestimiento respecto al cerramiento permite alojar una capa aislante y admite la libre circulación de aire por su cámara, con las ventajas que esto supone en términos de ahorro energético.
Las placas de revestimiento se colocan con una junta perimetral (en función del material), que evita cualquier tipo de patología derivada de la propia dilatación del material, garantizando que el material preserve su buen aspecto (sin aparición de grietas o fisuras por tensiones restringidas). Por otro lado el revestimiento ofrece una protección frente a la incidencia directa del sol sobre el resto de capas (aislamiento y cerramiento) amortiguando los cambios bruscos de temperatura, y prolongando de esta manera su vida útil.
Es un sistema constructivo que admite la colocación de diversos materiales de revestimiento, tales como la piedra natural, porcelánicos, laminados de alta presión, fibrocementos, etc.
Colocación por capas con cámara de aire entre ellas: humedades y eflorescencias desaparecen totalmente.
El sol incide directamente sobre el revestimiento y no sobre el cerramiento evitando el calentamiento.
Calienta el aire alojado en la cámara, disminuye su densidad y por convección asciende, ocupando su lugar aire fresco…
El “efecto chimenea” evita la acumulación de calor en la fachada con su consecuente AHORRO ENERGÉTICO.
Aporte a la estabilidad térmica del sistema. El calor se dispersa por los muros perimetrales mucho más lentamente.
La fachada actúa como acumulador de calor ayudado por la capa de aislante térmico del sistema, evitando el escape de calor desde el interior.
El revestimiento trabaja como tabique pluvial, permitiendo el paso del 5% del agua a través de las juntas y por efecto del viento.
Colocación en seco o mixta (mecánica y química) con anclajes específicos, garantizando la colocación segura del revestimiento.
El CTE en su Documento Básico HS Salubridad establece y recomienda:
La fachada ventilada es un sistema constructivo que se se ha convertido en una de las mejores soluciones para revestir el exterior de las fachadas. Se considera el más eficaz porque aporta numerosas ventajas en términos de aislamiento térmico y acústico, elimina puentes térmicos y además evita problemas de condensación.
La fachada ventilada está formada por un muro soporte, una capa aislante y un material de revestimiento fijado a través de una estructura portante. De esta forma se crea un espacio entre el aislamiento y el material de revestimiento denominado cámara de aire.
Además aporta facilidades de colocación en la obra al instalarse los elementos «en seco», mediante anclajes mecánicos previamente calculados para resistir la carga de viento y la carga gravitatoria (el propio peso de la placa), consiguiendo rendimientos de hasta 60m2 x pareja por día, este varía en función del Sistema a utilizar.
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