Su bella combinación de tonos cremas, blancos, dorados y ocres remite a las arenas del desierto, y evoca fallas pétreas con millones de años de antigüedad. El Onix despliega mil y una posibilidades estéticas en esta magnífica presentacion. Nebulosas, líneas paralelas, vetas quebradas y formas difuminadas crean un universo que remite a la edad de la Tierra, dentro de la mayor contemporaneidad.